Translate

Buscar este blog

lunes, 28 de abril de 2014

Utopía

Escrito por anónimo

¿Está tan lejos la utopía? 

Se nos ha presentado a la utopía en el lugar más lejano, nos la han alejado tanto que parece inalcanzable. Es la manzana prohibida que nos llevará de vuelta al mundo ideal. Nuestro billete de viaje para alcanzar la sociedad perfecta. En ella está el modelo, el molde de una sociedad justa basada en el respeto real, la soliralidad real y la libertad real. Una realidad en el que los problemas tengan solución, en los que las tinieblas de la mente y el espíritu humano se vaporicen. Un mundo en el que los lastres y las lacras sociales desaparezcan. Un lugar en el que los valores que protegen el bienestar se materialicen en cada acción humana.  Sin embargo, esta se nos presenta taniinaccesible que el propio camino nos nubla el destino. Tan solo la etimología del  nombre nos imposibilita llegar a nuestro destino, utopía literalmente significa “no lugar”. Desde el momento en el que se acuñó el término nos pusimos la primera barrera. Desde entonces se considerara utópico lo que, además de perfecto y modélico, es imposible de encontrar o construir.   No debemos permitir que el espacio entre lo posible y lo real aumente. No puedo concebir la extremada labor que se lleva a cabo para tachar las ideas y los intentos de crear una realidad realmente justa. El empeño de los poderosos en privarnos de lo que realmente deberíamos tener como seres desde el momento de nuestro nacimiento. Como miembro de esta especie me avergüenza la cantidad de potencial que llevamos desperdiciando desde hace siglos. El potencial mental se desborda en la lucha de los intereses de los que solo se guían por la lacra social del poder. Pero también se desborda en el lado de la gente que vive casada con la conciencia, que tratan sin cesar de explicar su modelo, de darnos las recetas para empezar a vivir realmente bien, y que tan ignoradas y apartadas son. Me parece lamentable que aún sigamos sumergidos en las decisiones que individuos apestados y sucios, con almas oscuras y sentimientos quebrados, toman constantemente en su lamentable uso del poder. La utopía puede llegar a materializarse si se rompe la barrera espacio-temporal que nos separa de la acción de arrancar el fruto que nos ofrece el árbol de la sabiduría. Jamás se podrá destruir la utopía y tampoco se puede negar su existencia. La utopía existe y no es tan difícil alcanzarla como se cree. El único motivo por el cual no se podría llegar es por la falta de voluntad de hacerla realidad. Es lo único que realmente nos separa de ella, una fina tela, suave y ligera. Si somos capaces de cruzar el umbral de la decisión real podremos alcanzarla. Para ello se requiere un cambio interior, individual. Nuestra mente ha de conectarse de manera consciente con el resto de las psiques del mundo para buscar la armonía espiritual. Cuanto esfuerzo parece que pida, pero realmente no es más que empatía. Si te concentras, notas el sufrimiento de personas muy lejanas. Puedes llegar a escuchar los gritos de dolor y desesperación. Escuchar el silencio de los presos y el silencio de quien trabaja por algo en lo que no cree. El sufrimiento espiritual de la humanidad es tan fuerte que si le prestas un poco de atención parece taladrar tu mente. Cuando seamos capaces de sintonizar nuestro espíritu con las demás almas en pena podremos empezar a cruzar el fino velo de la voluntad. Si tu propia alma está turbia y crees que puedes achacar tu malestar a la sociedad en la que vives, no hace falta ni que te sintonices con tus seres hermanos ni con tus seres hermanas. Pero la lucha individual no debe guiar nuestros pasos. Nuestros pasos deben estar dirigidos por la mente colectiva atormentada. Es simple cuestión de apoyo. Si vagas en soledad en el desierto y caes nadie te dará agua, si caminas junto a todas las almas en pena, alguien humedecerá tus labios, alguien te prestará sus zapatos y alguien susurrará en tu oído lo cerca que estamos. Estamos más cerca de lo que se cree. Y no temáis morir en el camino si creéis que avanzáis en la dirección correcta. Cuando logremos deshacernos de ciertos valores que desde hace mucho tiempo pudren nuestra mente y empecemos a conocer la realidad de los valores luminosos estaremos lo suficientemente armados para cruzar esa tela, el resto es simplemente organización logística. Si he de tener un Dios, utopía libertaría tendrá por nombre.